lunes, 8 de diciembre de 2008

Algunos conceptos

En esta entrada se concentraran los conceptos mas importantes y necesarios para comprender la temática del presente blog.

Desentrañando los deseos consumistas.

Desentrañando los deseos consumistas.

Capitalismo

Sistema económico cuyo origen se remonta a los siglos XVII y XVIII, pero que se desarrolló y evolucionó fundamentalmente durante los siglos XIX y XX. En la actualidad, la gran mayoría de países del mundo posee estructuras económicas capitalistas (salvo unos pocos donde aún se mantiene el comunismo y un conjunto de países subdesarrollados que todavía conservan estructuras de trueque y régimen económico de autosuficiencia y aislamiento comercial).

El capitalismo se caracteriza esencialmente por la defensa de la propiedad privada y de la libertad de empresa (cualquier ciudadano puede fundar una), por la libre competencia, la libertad de precios y de contratación de trabajadores, y por el papel protagonista de los particulares en la marcha de la economía, reduciéndose la intervención del Estado en los mercados nacionales a la regulación de un conjunto mínimo de medias que hagan posible ese intercambio entre particulares. La producción, los precios, la creación de empresas, los salarios, la contratación laboral y otros indicadores económicos, están regulados por la libre competencia entre las empresas y por la ley de la oferta y la demanda.

Sin embargo, el capitalismo no se aplica del mismo modo en todos los Estados. Existen diferentes tipos de capitalismo, según sea la intervención de los poderes públicos en las estructuras económicas de un sistema. Por ejemplo, el capitalismo liberal, caracterizado por una intervención estatal mínima, o el capitalismo de corte socialdemócrata (estado del bienestar), donde los poderes públicos intervienen con una serie de medidas sociales para redistribuir la riqueza entre las diferentes clases sociales.

Desde un punto de vista ético, se ha criticado al capitalismo que su móvil sea esencialmente la obtención de beneficios económicos para los poseedores de capital (empresarios), anteponiendo tal fin a otros criterios más igualitarios como la solidaridad social y el reparto equitativo de la riqueza producida. Sus partidarios, en cambio, afirman que históricamente el capitalismo ha demostrado ser el sistema económico más eficiente (sus alternativas, como el comunismo, se han revelado mucho menos productivas), ya que la individualidad y la búsqueda de beneficios personales acelera, de una manera evidente, la actividad y la producción económicas. Además, dicen, parte del beneficio obtenido por las empresas revierte en el conjunto de la población, mediante unos salarios y un nivel de vida cada vez más altos.

Consumismo

Tendencia al consumo dictado por la publicidad y la moda. En ocasiones, el consumista se convierte en enfermo, en una persona impulsiva que no puede dejar de comprar, lo que provoca graves alteraciones en su conducta social y afectiva.

En general, el término posee un sentido peyorativo, y se alude con él al mecanismo de dependencia de una persona con respecto a la necesidad de acumular bienes y servicios, la mayoría de los cuales le resultan innecesarios. El consumismo, además, provoca insatisfacción al no colmarse nunca el deseo de poseer. Puesto que resulta imposible adquirir todo aquello que se desea, el consumista se siente insatisfecho y ansioso. Se trata de una conducta favorecida por la publicidad, los medios de comunicación (que suelen mostrarnos habitualmente a los triunfadores sociales) y las técnicas de ventas de las grandes empresas productoras.

Sociedad de consumo.

Se llama ‘sociedad de consumo’ al modelo de sociedad cuyo objetivo consiste en producir todo tipo de bienes y servicios con el fin de que sean comprados por los ciudadanos. Este modelo de sociedad se da dentro de los sistemas capitalistas, cuya ley económica básica es la de la oferta y la demanda.

Se trata, por tanto, de ofrecer numerosos productos para que sean consumidos por la masa de clientes, cuyos hábitos compradores ya se encuentran condicionados por campañas anteriores. Habitualmente, el consumidor busca satisfacción en la posesión personal de las novedades industriales y tecnológicas, o en el seguimiento de la moda dictada por las grandes multinacionales y los medios de comunicación de masas.

La capacidad de consumo, además, marca el estatus social de los compradores; de ahí que grandes capas de la población aspiren a un incremento de su consumo medio por cuanto ese hecho representa un signo exterior de su triunfo socioeconómico. Ese deseo les conduce, en muchas ocasiones, al endeudamiento, ya que deben solicitar créditos para acceder a determinados bienes y productos. Para facilitar el consumo, la sociedad capitalista ha ideado técnicas que lo favorecen, como las ventas a plazo, las tarjetas de crédito, las hipotecas, etc.

Las técnicas de venta utilizan diversos medios para incrementar el consumo, entre ellos los siguientes:

- La publicidad, que tiende a crear necesidades superfluas en los potenciales consumidores de un producto. De ahí que se presente a éste como un bien sumamente deseable y cuya posesión implica no sólo una buena elección entre los productos competidores, sino también algo que da prestigio (a veces, el prestigio consiste en haber comprado barato, no habiéndose ‘dejado engañar’ como aquellos otros que han comprado un producto rival ‘mucho más caro’).

- El libre intercambio de mercancías, de tal manera que los países pobres proporcionen, a precios muy baratos, la materia prima, mientras los países ricos aportan la tecnología, las campañas publicitarias y el marketing o técnicas de ventas.

- El uso de los medios de comunicación para promocionar un tipo de vida consumista, bajo la coartada de que es el modo más feliz de existencia para el ser humano.

La sociedad de consumo se inspira en las ideas del utilitarismo ético: predica la mayor felicidad posible para el mayor número de personas. Los países se valoran según la cantidad de productos que pueden elaborar y por el número de consumidores posibles.

Sin embargo, este modelo económico trae consigo muchas consecuencias negativas, entre ellas:

- El agotamiento de las materias primas y el deterioro de la naturaleza, ya que el criterio es producir cada vez más.

- La explotación económica de muchos seres humanos, obligados a trabajar en condiciones míseras para las grandes multinacionales. Además, la acción de la publicidad termina convirtiéndoles en consumidores finales de los productos que ellos mismos fabrican.

- La insatisfacción de las clases sociales pobres, que no pueden alcanzar el nivel de consumo medio de la sociedad capitalista, lo que les provoca frustraciones e infelicidad.

Los efectos psicológicos y sociales de la sociedad de consumo sobre los ciudadanos son igualmente negativos: no se intenta educar el sentido crítico del consumidor mediante una información objetiva y una educación sobre los hábitos de consumo; al contrario, se busca una desinformación basada en la publicidad (no se dice en qué consiste y para qué sirve realmente un producto, sino que se afirma de él tan sólo que ‘es el mejor’ o ‘cómo le envidiarán sus vecinos cuando haya comprado ese producto’); la creación de hábitos repetitivos e insatisfechos, de tal manera que la aparición de un nuevo producto mejorado haga desechar a los consumidores el modelo viejo, y así repetir ese círculo infinitamente; y, finalmente, transmitir la imagen de una felicidad basada exclusivamente en el ‘tener’ y no en el ‘ser’.

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